Tu voz interior: la mejor consejera!

Cuando pides un consejo o ayuda, suele ser a alguien que consideras más sabio o experimentado que tú.  Al hacerlo te expones a ti y a tu hijo, no sólo a hacer algo que no te haga sentir bien, sino también a romper o lastimar el vínculo que estás haciendo con tu hijo. No dudes de ti, no dudes nunca de tus instintos; créeme que la mejor respuesta para cada situación que vives la tienes dentro de ti.

Tú sabes lo que debes hacer, lo que corresponde y lo que va a ser mejor para ti y para tu hijo. Recuerda que cada niño y cada mamá son distintos, con necesidades diferentes, con una historia diferente y con cosas que puedes hacer o dar distintas de los demás.

No te vayas a los extremos. Existen muchas personas que creen que las cosas se deben hacer de una sola manera, de una forma universal y no es así. Todo tiene distintos matices, distintos momentos y situaciones. Busca siempre dentro de ti y busca como prioridad número uno, evidentemente la seguridad de tu hijos, pero también sus necesidades físicas y emocionales y sobre todo el vínculo que tiene contigo. Esto es, lo que lo va a guiar durante toda su vida. No hay nada que tu hagas que pueda dañar a tu hijo siempre que venga desde lo más profundo de tu ser y de tu corazón.

Como mamá te vas a equivocar muchas veces, muchísimas, pero siempre vas a tener la forma de reparar. Acuérdate que cada mamá da lo mejor de sí misma para cada uno de sus hijos, porque vivimos momentos y etapas diferentes. No vas a ser la misma mamá con tu primer bebe que con tu segundo o con tu tercero. Lo que estoy segura, es que siempre vas a tratar de ser la mejor mamá que tu hijo en ese momento necesita. Confía más en ti y no busques respuestas afuera.

Los extremos nunca van a ser buenos ni para ti ni para tu hijo y muchos de ellos te van a dejar sólo con culpa. Si sientes culpa, por ahí no va, ése no es el camino, ése es el foco rojo. La culpa es lo que daña a tu hijo. Trata siempre de escuchar tu interior ¿qué corresponde? ¿qué es lo mejor para mi hijo?  ¿cómo puedo ayudarlo? Díselo, aún cuando son chicos te escuchan y te pueden ayudar. Cuando les explicas; estoy pasando por un mal momento, no sé que hacer, no se como remedir esto pero te prometo que voy a encontrar la solución y vamos a estar bien; el bebe se va a sentir mucho más tranquilo. Tu angustia y desesperación lo hace a él angustiarse y desesperarse más. Cuando son más grandes también se los puedes decir. Entre más honesta seas contigo misma y con tu hijo será mejor.

Los niños sienten la energía que viene de ti y ésta les dice lo que realmente estás sintiendo. Si tus palabras y tu energía dicen cosas diferentes, ellos dejan de confiar en sus instintos, en ellos mismos. Lo que piensan es; si mi mamá me dice que no pasa nada y lo que yo siento es que algo está pasando seguro estoy mal yo, no ella, porque siempre me dice la verdad. Acuérdate que la energía habla por sí misma y esa no la puedes esconder ni disfrazar. Trata de ser congruente con la energía que les estás transmitiendo a tu bebe, a tu hijo, a tu pareja y hasta a ti misma.

Ten las prioridades muy en claro y verás como de forma calmada y tranquila encuentras cada respuesta a cada obstáculo que se te presenta en el camino de la maternidad y será maravilloso darte cuenta que lograste pasar por un bache por ti misma y que entendiste perfecto de lo que se trataba y de lo que tu bebe, tu hijo o tu necesitabas en ese momento.

Todo se vale, equivocarse, regarla. Recuerda que aquí #ENTRIBUVAMOS siempre estamos dispuestos a escuchar todo lo que a ti te pasa, aquí no hay juicios, ni que una está bien y o mal. Aquí contamos nuestras propias vivencias y experiencias y hablamos de ellas; porque al final del camino de eso se trata la maternidad. De aprender y de dar lo mejor de ti misma. Suerte en la etapa que cada una esté viviendo.