CAMBIANDO LAS REGLAS:

LA NUEVA NORMALIDAD DE LA CONVIVENCIA EN FAMILIA

Llevamos ya un buen tiempo encerrados y se han presentado un sinfín de situaciones en casa que nos llevan desde; el agradecimiento por el tiempo en familia, el espacio de convivencia hasta la locura total de querer salir corriendo.

Es impactante todo lo que se ha movido de lugar. Para empezar, las reglas del juego; un día decides unánimemente sentarte con tus hijos y decir «Vamos a poner y proponer reglas para la cuarentena», al día siguiente actúan como si esto no hubiera ocurrido, entonces enloqueces explosivamente. Es que al empezar la cuarentena teníamos un montón de actividades que palomear a diario, ahora eso se ha vuelto cansado además de irrelevante e imposible de lograr. Todo por los monstruos que habitan en toda madre:la expectativa y el control. Al final lo único que generan es estresarnos y transmitir esa energía  a los niños. También puede ocurrir que unas reglas funcionen unos días y otros no; o que funcionen para uno y para otro no. Es que lo que he visto que más ha funcionado, es SOLTAR LAS REGLAS con esto no me refiero a que cada uno haga lo que se le dé la gana.  Seguramente habrán oído a expertos, o papás con adolescentes, decir: “Pocas reglas y claras”, este es el mejor momento para llevarlo a cabo, hasta para nosotros está más fácil hacerlo de esta manera ya que al final es un ganar – ganar. Reglas como: tomar clases, comer a una hora determinada, irse a dormir en un horario específico, etc. NO se mueven, su objetivo es por la paz y la convivencia de todos. Sin embargo, la situación actual nos lleva a cambiarlas todo el tiempo, adaptarlas a lo que funcione en ese momento específico.  Por ejemplo, para mi el tiempo en pantalla de los niños es algo que me cuesta mucho trabajo y en este momento me he tenido que relajar con esto, porque en realidad los niños están socializando a través de la computadora, el celular y los videojuegos.  Es parte de la  nueva normalidad.

Hay que enfocarnos en otras cosas y sacar el mayor provecho posible de cada día. Ya nada funciona, ni es como antes ¿para qué nos desgastamos con las mismas rutinas e ideologías en vez de crear nuevas cada día que nutran nuestras relaciones?  Y es que de verdad, yo se lo digo a mi esposo todo el tiempo ¡ESTOY CANSADA! sí, pero este momento no lo voy a poder volver a tener jamás.  Tengo dos hijos entrando a la adolescencia y están de lleno con el tema de las amistades y relaciones así que, este momento me ayuda mucho a fortalecer mi vínculo con ellos. 

Nutrir mi relación con cada uno se había desvanecido en la prisa y la rutina de la cotidianidad. Hoy no tengo a donde ir mas que a su corazón, y pienso aprovecharlo al MÁXIMO. Todo  se trata de calidad de tiempo y no de cantidad; hoy les puedes dar toda esa calidad que no tenías oportunidad de darles antes. Antes de la pandemia tenía grandes pláticas en el coche con ellos. La verdad, es que los niños sueltan toda la sopa cuando no te ven a la cara y sacan siempre las preguntas incómodas en el coche ¿o no? No en vano, el más pequeño de la familia es el más avanzado y precoz, dado lo que escucha de las conversaciones con sus hermanos mayores.   Ahora esos momentos ya no están disponibles y nos toca a nosotros buscarlos, porque no hay que dejar ir esa parte, atesorar el momento y buscar la oportunidad de conectar.  Algunas ideas para hacer esto son: armar un rompecabezas, un masaje, regar plantas; hay miles. El punto es buscar el momento donde los veas dispuestos y que no te vean directo a la cara para que se sientan más en confianza. 

Por otro lado, hay que entender que ellos también están hartos.   Imagínate por un momento que tuvieras su edad y que tu mamá estuviera encima de ti TODO EL DIA.  Levanta, lava, recoge, bañate…..¡ENLOQUECERÍAS! Ellos también están viviendo frustraciones  y están igual de hartos que nosotros los adultos muchos días.  Por eso, es importante soltarlos, darles chance e insisto; cambiar las reglas continuamente.  Ser flexibles con ellos y sobretodo empáticos con sus emociones y frustraciones. No pasa nada si la casa no está limpia al cien, NADIE la va a ver más que tú. No importa si se bañan un día sí y otro no; si haces de comer un sólo plato y si no es totalmente nutritivo, balanceado y bien presentado.  Se trata de hacernos la vida más sencilla para dejar espacio a aprender lo que realmente importa.  Y ¿qué es lo que REALMENTE IMPORTA? Pues, aprender cómo atravesar una crisis de la mejor manera posible, recordar que en los momentos difíciles siempre podemos salir fortalecidos.   Hay un espacio enorme de aprendizaje para nosotros, pero también es una oportunidad de que nuestros hijos adquieran herramientas que les van a servir para toda la vida. Los vas haciendo responsables de su tiempo y de lo que le dedican a cada cosa.  

Me sirvió mucho poner en blanco y negro las cosas con cada uno.  Insistían que el tiempo en pantalla era muy poco y que yo no los dejó hacer nada, etc, etc. Estaba a punto de explotar cual olla exprés pensando: ¿es en serio? Pasan de sus clases en línea por medio de la computadora toda la mañana (pantalla), al sillón a jugar videojuegos (pantalla), a ver películas o series (pantalla) todo el día.  En el momento que estaba por pegar de gritos, castigar, amenazar y  volverme loca….me detuve, respire cinco veces (ellos viéndome porque los tenía sentados enfrente para darles un mega sermon) un foco se me prendió, saque tres hojas a las que les puse sus nombres y les dibujé un reloj de 24 horas. Quite las horas de sueño, las horas escolares, de la comida y quedaron seis horas entonces, escribí tres aspectos que para mi son importantes por su bienestar físico y emocional, esas eran cosas que no se podían quitar de la lista: ejercicio o movimiento físico (jugar pelota, brincar, correr, etc), tiempo recreativo sin pantalla involucrada y espacio familiar.  Escribimos en la lista los gustos de cada uno: videojuegos, películas, series, o el nombre del aparato que les gusta usar, redes sociales(TIK TOK, que tiene su parte creativa) en fin, cada uno se dió a la tarea de dividir las 6 horas del día en esta lista de actividades. Sorprendentemente, pusieron menos tiempo de lo que pensé que al tiempo de pantalla. Lo importante de haber hecho esto fue que los hice responsables a ellos y dejamos de pelear por el tiempo (ya no es la mamá encima del niño, ni una batalla cansada mamá vs pantallas) les estoy dando las bases para saber manejar sus tiempos, unos días lo logran otros no, mi energía es otra, así que, ahora buscan pasar más tiempo conmigo que antes o los ratitos que estamos juntos haciendo algo lo disfrutamos al máximo.  

La cuestión es soltar, soltarlos, dejarlos respirar pero sobre todo; enseñarlos a ser responsables de sus propias decisiones y las consecuencias de las mismas. Todos los días hay batallas que librar solo, hay que ver cuales son las que valen la pena. 

Cuando hacemos conciencia de que la mayoría de nuestras reacciones y frustraciones vienen del control y las expectativas, ya con eso ganamos, con sólo saberlo.  Hay que vivir un día a la vez como el famoso SOLO POR HOY. 

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