Para mi querido hermano.
No habrá noche trémula, en la que mi luz no pueda darte calor…
Desconozco y no tengo la menor idea de cómo te sientes en este momento. Se que tu mundo, tal cual lo conocías, se desmorona. Probablemente ni quisiera tengas ganas de salir de la cama, seguro que te preguntarás; ¿para qué? Si no siquiera puedo salir…
Justo ahora todo se ve en blanco o negro, casi nada tiene el sentido que una vez tuvo, no hay pensamiento alguno que calme la ansiedad. Te volviste un experto en lo tuyo, sin embargo aquello en lo que te volviste un especialista, que tardaste años en lograrlo, parece no servir de nada.
El rubro al que te dedicabas desaparece en este momento, ya que hay cosas más básicas y primordiales de las cuales hay que ocuparse, y el entretenimiento no es una de ellas. Se muy bien que también la distancia afecta.
¡Ay hermano!, me gustaría abrazarte y ofrecerte mi hombro para que te recargues, me encantaría darte la solución a aquello que hoy te tiene inquieto y agobiado.
Sé que es muy fácil dar consejos, decir qué y cómo hacer las cosas, hablar de mantener las esperanza, que todo mejorará. Seguro pensarás que todo se ve fácil, ya que no estoy en la posición que tú estás viviendo.
Lo único que puedo decirte es que te amo profundamente. Que sentirse así, no es malo, es justo aceptar sentirse abrumado y preocupado, no obstante se muy bien que encontrarás la fuerza y la luz, aquella que te llevará a reinventarte. Saldrás adelante y encontrarás un nuevo camino. Mientras tanto aquí estoy a tu lado, en la distancia; con el corazón partido por tenerte lejos y sin poder ofrecerte más que mi apoyo incondicional.
Creo, con esto, tienes una oportunidad para reinventarte, decidir que quieres y a dónde quieres llegar y cómo quieres llegar ahí. Es momento de cruzar todos los límites y salirte de tu área de confort.
Lo único que puedo hacer es hablar de lo que poco que sé y sigo aprendiendo; de conectarme, conocer y reconocer las emociones que se despiertan en mí cada día. Lo primero que se me ocurre, y si me permites desde mi poco entendimiento mencionar; es que lo que sientes en este momento se llama miedo…
Miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, al futuro incierto, de perder lo que has logrado, y perderte a ti mismo, sin embargo puedo asegurarte que no eres el único que se siente así.
No hay que sufrir por sentir miedo. Lo primero y más importante es reconocerlo. Tómate tu tiempo, conócelo, hazte su amigo, su confidente. El miedo es una de las emociones más poderosas que tenemos los seres humanos. Nos alerta del peligro, nos permite sobrevivir. Es un gran aliado cuando le dejamos de temer y lo conocemos.
Vernos vulnerables es una de las grandes fortalezas que podemos conseguir en la vida.
Date la oportunidad, de vivir este momento de vulnerabilidad. Después encontrarás las respuestas que necesitas y encontrarás un nuevo camino.
Qué más quisiera hermano, que evitarte cualquier sufrimiento, pero no puedo y no me corresponde hacerlo. Las respuestas están solo en ti.
Estoy segura de que resurgirás de esto renovado y más libre. Porque nada pasa por que si. Estoy segura de que este momento que hoy te toca vivir te llevará a tu mayor plenitud. Puedes estar seguro, que aquí siempre estaré para ti. Que te acompaño y sobretodo que estaré en cada decisión que tomes.
La situación mundial que estamos viviendo, seguro va a despertar lo mejor de nosotros como sociedad.
NOTA: Aún cuando esta es una carta para mi hermano, se que muchos que están pasando por un mal momento pueden sentirse identificados. Es por ello que quiero que sepan: se vale sentirse así.


Deja tu respuesta