Momentos

Todo se trata de momentos.

Cuando aprendemos a soltar las cosas materiales que no valen la pena porque no trascienden ni nos hacen crecer, entonces es cuando logramos disfrutar de los momentos. De la compañía de amigos, una platica profunda, risas, un nuevo logro en la vida de nuestros hijos, cuando descubren algo nuevo o pueden hacer alguna cosa por ellos mismos. Es impresionante lo que aprendemos cuando somos capaces de callar, observar y solo dejar que las cosas sucedan, porque tenso o flojito lo que va a suceder, simplemente sucederá y no puedes hacer nada para cambiarlo; lo único que nos queda es disfrutar de momentos.

Hace poco viví la perdida más dolorosa de mi vida; casi les puedo asegurar que es lo mas difícil que hasta hoy he vivido. No pude ni puedo hacer nada por remediar ese momento. Tarde mucho tiempo en entender que así debían ser las cosas, el porque y el para que no los he descubierto aún y tal vez nunca lo haga. A veces, en ratos de calma mental, logro conectarme y profundizo en el dolor de su ausencia, que me lleva, curiosamente, a soltar mi cuerpo y observar. Algo que me queda claro es que él estaba listo para irse. Que le hubiera gustado hacer mas cosas, seguro; que tenia mucho mas por ver y vivir, también; eso es a mi juicio y al de todos los que lo conocimos y quisimos, pero no somos nosotros quienes decidimos. Si hoy pienso en una característica de su vida distinta a la mía, ésta es que disfrutaba cada momento, cada platica, cada risa; el vivió su vida con conciencia presente; y paradójicamente, eso es lo único que de él tengo hoy que físicamente ya no esta; momentos que pasamos juntos a lo largo de sus 33 años de vida. Por esta razón escribí este articulo, para que cuando yo muera deje y me lleve muchos momentos.

Un día mi terapeuta y gran maestra, Pilar Ruiz me dijo: “cuando tú no puedes recordar algo de tu vida es porque no estabas presente cuando lo viviste”. Esto quiere decir que tu mente estaba en otro lado menos en ese instante, por eso no lo registra y no lo recuerda.

Hacer un ejercicio de recuerdos y momentos importantes puede llegar a ser muy doloroso porque, en mi caso, me di cuenta que gran parte de mi vida la he pasado, no la he vivido realmente. Pero esto también me ha dado la oportunidad de hacer conciencia y vivir de otra manera.

Practicar meditación, yoga y éste tipo de disciplinas ayudan mucho a entrenar tu mente a vivir en el presente.

Y tú, que tipo de vida quieres vivir?

Dedicado a mi hermano de vida: Chey, de quien siempre tendré grandes recuerdos.